El corazón hambriento como el mar. Festival SURGE. Teatro El Umbral de Primavera. Octubre 2020

viernes, 10 de septiembre de 2021

Titirimundi. La dernière danse de Brigitte

 


  La semana pasada vivimos una nueva edición de Titirimundi, en la ciudad de Segovia. Una cita imprescindible incluso en las actuales condiciones en las que el festival debe realizarse. Si ya los protocolos a aplicar, motivados por la pandemia, restan un poco al espíritu del encuentro (hay menos ambiente callejero), la organización ha debido enfrentarse este año a un recorte del presupuesto asignado por la Junta de Castilla y León de 85.000 euros. Aún así, lo han conseguido sacar adelante con gran esfuerzo comprimiendo el festival a cuatro días, con una programación de gran calidad y obteniendo una respuesta del público estupenda. Titirimundi es un pulmón para esta hermosa ciudad castellana, y todos agradecemos que nos hayan hecho respirar arte, creatividad y diversión.


  Pudimos disfrutar de espectáculos que se habían desdoblado visitando también Madrid, en el Teatro de Títeres de El Retiro, como los del húngaro Bence Sarkadi o los de Teatro Matita, de Eslovenia. Tampoco faltaron clásicos del festival como "El circo de las pulgas" y para todos sus seguidores, que somos muchos, La Chana estrenó aquí su nuevo espectáculo, "Balada para una revolución".
  
  El título que encabeza esta entrada es el del espectáculo de la compañía Zero en conducta, que llevaron a cabo sobre el escenario del bello Jardín del Seminario. Una propuesta en la que se aúna el lenguaje de los títeres y teatro de objetos con el de la danza, seña característica de este grupo, y que con un aire melancólico deja fluir muchas sonrisas entre los asistentes.
  Un montaje en el que cada detalle está cuidado con mucho esmero tanto en el baile, actuación y manipulación, como en el diseño de producción. Una anciana Brigitte recuerda su pasado como bailarina, una serie de imágenes vuelven a ella y se encarnan a la vista del público. Una bella reflexión sobre el paso del tiempo, la importancia de nuestras vivencias y anhelos y el reconocimiento de que, a pesar de que nuestro paso por la vida tiene un final siempre tiene sentido. Personalmente me encantó la doble manipulación de la Brigitte niña, donde las técnicas del títere y de danza contact se fundían. Para despedida, Brigitte se anima y marca el aplauso de los asistentes a ritmo de scratch sobre el viejo gramófono, dejándonos la sensación de haber presenciado una emocionante historia.
  
Para terminar, solo queda añadir ¡larga vida a Titirimundi! Ojalá sigamos teniendo festival por muchos años y sigamos emocionándonos con todas las propuestas que su equipo nos brinda.




  



jueves, 2 de septiembre de 2021

AHAB, viaje al infierno

 


  Dentro del festival FIT Madriz! 2021 que celebramos en el Teatro de Títeres de El Retiro, la semana pasada recibimos la visita de Teatro Percutor. Su obra "AHAB, viaje al infierno" abría la sección dedicada a los espectáculos de títeres y objetos dirigidos a un público adulto. El mundo del títere es un territorio fecundo, pero muchas personas lo asocian exclusivamente a la creación para niños y niñas. Sin embargo, existen muchas propuestas que desmienten este tópico y la que nos ocupa es una de ellas. 
  A partir de la novela "Moby Dick", de Herman Melville, Sergio López crea una personalísima versión que trasciende la obra literaria y que envuelve al espectador hasta ponerlo delante de su propio oleaje, el personal y el colectivo. 


  La puesta en escena es poderosa, un embate contra el público que implica a todos los sentidos. Es, al mismo tiempo, algo épico e íntimo. Nos enrolamos junto al capitán Ahab y sentimos la marejada, el olor a salitre y pescado crudo, el sonido aullante del fuerte viento y de los truenos. El cuidado diseño del espacio sonoro, la iluminación tenue cual lámpara con aceite de ballena, el ritmo ahora calmado pero que luego torna encrespado por el oleaje, consiguen que los asistentes se sientan en el mismo corazón de la tormenta. Y se siente la aventura, una llamada algo primitiva, olvidada, que retrotrae a aquellas lecturas juveniles de Salgari, Verne, Stevenson o el propio Melville.


  Esto no tiene, en cualquier caso, aroma nostálgico. Porque en la propuesta, sin necesidad de subrayar nada o caer en mensajes simplones, subyace una cuestión que debería ser nuestra principal preocupación en estos momentos. La de qué estamos haciendo, los humanos, con este planeta. Nosotros lo necesitamos a él, pero él a nosotros no, y seguimos ignorando este hecho. El espectáculo representa esa simbiosis necesaria para nuestra propia supervivencia. Pretender doblegar a la Naturaleza es empresa propia de necios imprudentes, Ahab lo sabía, y en su lucha y conflicto podemos vernos todos reflejados. 
  Con este montaje, primero de una trilogía, la compañía comienza una línea de investigación muy personal en torno al concepto del viaje. Esperaremos a los siguientes proyectos para dejarnos llevar por ellos. Mientras, seguiremos luchando inmersos en este infierno.