El corazón hambriento como el mar. Festival SURGE. Teatro El Umbral de Primavera. Octubre 2020

jueves, 8 de enero de 2015

AUZOLAN. Escuela Navarra de Teatro


  Como suele ser habitual, la última obra de teatro que vi antes de que acabara el año, fue el indispensable cuento de Navidad de la Escuela Navarra de Teatro (ENT). Una cita obligada en el ocio navideño de la capital navarra. Como siempre, acudí el 26 de diciembre, día del estreno, y supuso también un encuentro con muy buenos recuerdos. Me viene a la mente la experiencia que pude disfrutar, siendo alumno hace muchos años, sobre esas mismas tablas; poner en pie, junto a compañeros y profesores, el texto ganador del certamen que la misma Escuela organiza, y representarlo en el escenario durante las fiestas.
  La obra ganadora de la última convocatoria, y que pudimos ver estas navidades, lleva por título Auzolan, de la autora pamplonesa Naiara Sánchez. Los encargados de darle vida, los alumnos de segundo curso, un elenco estupendo dirigido por Ramón Vidal. La verdad es que me lo pasé muy bien con la función. Una historia en la que un grupo de amigos rememora una vieja aventura del colegio, en la que, para salir de un buen embrollo, aprenden el valor del trabajo y el esfuerzo en equipo. Creo que el mensaje que encierra la obra es muy adecuado para los niños de hoy en día, ya que el individualismo y el egoismo me parecen cuestiones muy preocupantes de la sociedad actual. Asistí a la representación con unos amigos, acompañados de sus hijos, de entre 4 y 9 años de edad, y todos los peques estuvieron en todo momento enganchados a la historia. Y lo cierto es que el grupo actoral nos hizo pasar una tarde muy divertida. Me encantó ver el nivel tan bueno de los intérpretes, lo bien que defendía cada uno su personaje, y cómo nos hacían meternos dentro de ese aula tan bien recreada por medio de una escenografía muy imaginativa desde su sencillez.
  En el descanso de la función, el tradicional chocolate con bizcochos que la Escuela siempre ofrece. Y, al terminar, la felicidad que uno se lleva puesta tras asistir a la fiesta del teatro. Una fiesta que los profesionales de la ENT, llevan casi treinta años defendiendo con su trabajo y su esfuerzo. Nunca se valorará lo suficiente, la gran cantera de actores y grupos que ha sido y es la Escuela, la cantidad de proyectos surgidos desde la calle San Agustín, la aportación de este centro a la vida teatral de Pamplona y del resto de la comunidad.
  Yo el año que viene volveré a repetir, y espero que muchos más. Seguiré disfrutando de este auzolan que es el teatro y que tan bien se nos muestra en propuestas como esta.