El corazón hambriento como el mar. Festival SURGE. Teatro El Umbral de Primavera. Octubre 2020

viernes, 27 de septiembre de 2019

Cama


  Dice Pilar G. Almansa, autora y directora de Cama, que "(...) gracias a lo que ha ocurrido en el último siglo, y cada vez con más intensidad y sofisticación, las mujeres estamos batallando por configurar el relato público, tanto sobre nosotras mismas como sobre los hombres." (1) Y es esto del todo necesario, añado, ya que la mujer ha estado siempre relegada históricamente al papel que el hombre le otorgó al ser éste el único que construyó dicho relato. Muchos somos los que nos hemos educado inmersos en una cultura machista, con unos modelos que todavía hoy en día cuesta romper. Pensemos, no obstante, que las cosas van cambiando poco a poco. Y la revolución feminista, que se lleva a cabo sin el uso de la violencia, tal y como dice Ella, el personaje femenino de la obra, está implementando un cambio de paradigma. 
  De estas cuestiones trata "Cama", de la relación de una pareja, hombre y mujer, desde que se conocen hasta que tras el tránsito por la pasión inicial y el asentamiento doméstico posterior, llegan las diferencias que se agravan hasta terminar con la separación de los personajes. Tanto Él como Ella se nos presentan como individuos sensibilizados, ella feminista concienciada; él convencido de la revisión actual del hombre bajo la óptica de las nuevas masculinidades. Y aún así, no logran sortear las trampas que el sistema lleva siglos interponiendo en nuestras vidas.
  Todo este tránsito vital sucede en el espacio temporal de una hora y, a pesar  de la compresión que eso significa, la puesta en escena salva bien ese desfase entre lo expuesto y lo omitido. La pieza se articula en cuadros que se suceden cada uno alternando diferentes lenguajes teatrales, sin que esto resulte forzado y se convierta en un pastiche. Más bien al contrario, estos cambios alumbran las distintas fases por las que atraviesan los personajes y su relación. Desde un punto de vista brechtiano, esto supone que la sorpresa irrumpa en el escenario y que la atención del espectador no decaiga, al mismo tiempo que el espectáculo ofrece esa diversión que Bertolt Brecht consideraba imprescindible para que luego pueda darse la reflexión acerca de lo visto y vivido sobre las tablas.

Autor fotografía: Jacobo Medrán

  "Cama" es un texto muy bien escrito, rico y profundo, que ahonda en la perspectiva de género como condicionante de muchos conflictos que en su día se normalizaron o, cuando menos, se silenciaron. Nos coloca frente a una realidad en la que los roles desempeñados hasta ahora por hombres y mujeres exigen una revisión urgente. Y lo hace con humor, en ocasiones, con poesía o con testimonios casi cercanos al teatro documento. Y esta variedad de estilos se sustenta en una interpretación sobresaliente por parte de María Morales y Carlos Troya, que aportan la verdad, el valor y la sensibilidad que reclama esta puesta en escena. 
  Junto a ellos, con ellos, una cama. Único elemento de la escenografía (aparte del sugerente diseño de luces y de espacio sonoro) y que sirve de nido o de muro, según sean las circunstancias de los personajes. Una cama. Ese elemento en el que muchos nacemos, descansamos, amamos, convalecemos, inspiramos, retozamos, espiramos y expiramos. Un edredón, unas sábanas, unas almohadas blancas que son testigo de lo posible y de lo imposible; de lo probable y de lo improbable, en una relación que desde el extrañamiento posterior a su representación, otra vez Brecht, nos deja cuestiones abiertas y a las que sólo nuestro avance como sociedad y como individuos podrán, algún día, dar respuesta.

(1) El Cultural, 16/08/2019