jueves, 16 de junio de 2016
Pretérito imperfecto
La historia de amor de dos parejas, Gaby y Olivia, Jaime y Manu, se desliza por el escenario de Nave 73 en tiempo pasado. En pretérito imperfecto para ser precisos. A ritmo de monólogos con cadencia de piano impresionista. La voz de cada personaje se entrelaza con la del resto, confluyendo en un diálogo construído con emociones que todos hemos conocido. El texto de John Hamilton May pareciera haber sido escrito directamente en castellano, por la cercanía que los intérpretes nos hacen sentir en cada palabra; justo premio, entonces, el recibido por Pat Aguiló por su traducción (premio Eurodram 2015 a la mejor obra europea traducida al español).
La puesta en escena a cargo de David Bueno, autor también de la música original del espectáculo, se destaca en su limpieza y en el acierto de coreografiar unos sentimientos basándose, principalmente, en el trabajo actoral de un elenco que transmite verdad en cada frase. El amor, las dudas, la alegría, el dolor, la excitación... Todo se va precipitando, casi sin que nos demos cuenta, hacia un final que nos engancha por su intensidad tanto de fondo como de forma. Y en este último momento, esa escenografía presente durante toda la obra, se llena de sentido y al entenderlo todo el corazón se nos encoge. Como en la buena pintura barroca, la imagen que tenemos ante nosotros incrusta el claroscuro en nuestra retina, y nos acompañará durante mucho tiempo cuando salgamos del teatro. No desvelaré más. La vida y el amor son imprevisibles; y desde aquí recomiendo dejarse sorprender por toda la vida y todo el amor que "Pretérito imperfecto" contiene.
http://nave73.es/portfolio/preterito-imperfecto/
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