Este fin de semana ha concluido el festival madrid en Danza, con el que hemos podido disfrutar de propuestas muy diversas dentro del lenguaje de la danza, todas ellas igual de interesantes. El sábado asistí al espectáculo Last Touch First de la Holland Dance Production, con dirección artística y coreográfica de Jirí Kilián y Michael Schumacher. El montaje supone una apuesta arriesgada, ya que durante la mayor parte de sus sesenta minutos de duración, los seis bailarines se mueven a cámara lenta, ejecutando un movimiento ralentizado con el que crean imágenes que nos sugieren una historia. Con una puesta en escena limpia y concisa, escenografía y vestuario que nos remiten al siglo XIX, los intérpretes se esfuerzan por introducirnos en un mundo lleno de pasiones escondidas. Me vino a la memoria la película Los muertos, última obra de John Huston, basada en el relato de James Joyce, donde podemos espíar una anodina reunión familiar, y en cuyo transcurso parece no suceder nada. Sólo al final del metraje, tras un recorrido que parece no contener nada más que desgana, todo cobra sentido: en una última secuencia arrebatadora (inmensa Angelica Huston), todo lo anterior se llena de significado y una tromba de emociones y sentimientos nos arrastran sin que podamos remediarlo. Algo así me sucedió el pasado sábado con este espectáculo. Tras una primera mitad donde al público se le exige una paciencia a la que no está aconstumbrado (también encontré relaciones con la danza butoh, aunque esto era más narrativo y menos introspectivo) la parte final va cobrando una fuerza imparable y cuando menos te lo esperas estás totalmente embriagado de una energía auténtica y a la que es inútil resistirse.
Por otro lado, ayer domingo, vimos Giselle, la relectura que Mats Ek realizara para el Culberg Ballet en 1982. Para los que sólo conocíamos la interpretación de Ana Laguna a través de youtube (aquí participa como asistente coreográfica) fue un lujo poder ver esta puesta en escena a cargo del Ballet de la Ópera de Lyon. La sala grande de los Teatros del Canal estaba abarrotada de público y la cita lo justificaba. Lo clásico y lo contemporáneo unidos en un montaje cuya belleza nos hizo olvidar durante dos horas el frío invernal que azota Madrid estos días. Y al calor de la danza esperaremos nuevas emociones sobre el escenario, ese lugar mágico del que nunca puedes evitar su llamada.
http://www.hollanddancefestival.com/
http://www.opera-lyon.com/
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